29.6.14

A una buena le siguen mil malas.


Sé que a veces la vida duele pero no todo es frustración ¿Sabés? Si abrís bien los ojos los ves: hay tantos motivos para estar bien. Creo que, al final, el secreto de la vida, o el éxito, o las realizaciones, no pasan tanto por lo que tenemos o lo que aprendimos, o por cuántos años vivimos. La luz está en los detalles, en esas pequeñas sutilezas que, sin ambiciones, hablan de las cosas más nobles. El amor inmortal de un padre a hijo; la inocencia de los chicos; las caras felices de los amantes que escriben historias con una mirada; el olor de la tierra antes de la tormenta; el perfume de la vida encerrado en una flor. Y no hablo, amigo, de cosas imposibles. Es sólo que, habiendo tantos mudos que usarían tu voz para poder gritar; tantos sordos que darían todo por escuchar la canción de una madre; mil ciegos anhelando la luz; o tantos árboles talados de jóvenes, elegir el silencio me sabe a derrota. Sé que a veces no es fácil poder ver las pequeñas cosas. Pero tengamos los ojos abiertos.

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